•  Juntar las obras para que le lleguen a las elecciones demuestra la mucha intranquilidad de Olegario. Y cuanto más nervioso se pone, más cortes de calles  para los ciudadanos.

1 marzo, 2023.- El portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Ponferrada, Marco Morala, pone de manifiesto que “el alcalde de Ponferrada parece empeñado en contrariar a los ciudadanos ante las quejas por las incomodidades de sus obras electoralistas y mal planificadas. Como tiene ese ego desmedido en el que cree que las críticas de la oposición y de los ciudadanos le reafirman en que hace las cosas bien, debe pensar que si no quieres caldo, dos o tres o infinitas tazas. Pero este caldo es de incomodidad en la circulación, de impedimentos en la movilidad, de dificultades para que los mayores transiten por Ponferrada, de problemas para que haga su trabajo a aquellos que dependen de moverse como los taxistas o los repartidores, de dificultad para llegar a los negocios, de dar mil vueltas para llegar a las tiendas de comercios”.

Estamos ante un alcalde que no resuelve los problemas de los ciudadanos y que además genera los que no había, por imprevisión y por electoralismo, que es un cóctel explosivo para la movilidad en Ponferrada. La ciudad es un caos circulatorio y eso se convierte en un problema de habitabilidad, de movilidad y hasta de acceso a muchas calles en caso de urgencia.

Después de tanto presumir de gestión y que iban sobrados, resulta que las encuestas les están poniendo nerviosos. Y cuanto más nerviosito está el alcalde, más interés tiene en que las obras lleguen a las elecciones, pensando que con eso convencerá a la gente para que se olvide de lo que ha dejado de hacer en este mandato funesto en el que, por muchas obras que haga, no se olvidarán los muchos cientos de ponferradinos que hemos perdido en el censo, en la actividad económica y en el empleo.

El Grupo Popular exige un calendario fijo y que se escalonen las obras para facilitar la movilidad, porque el nerviosismo de Olegario a medida que se acercan las elecciones provoca una cada vez mayor dificultad de los ponferradinos para moverse y disfrutar de la ciudad. Luego vienen con las matracas de la ciudad vivible y moderna, pero lo que provoca es el caos y el atasco. Una metáfora de su misma gestión municipal que toca a su fin.